Yo pensé que yo no era una persona de mucha poesía, hasta que descubrí a Joan Brossa, aunque en realidad los poemas que más me gustan de él, son los que no son “escritos”. Brossa hace poemas visuales, juegos gráficos con imágenes y tipografía que te “enseñan” lo que quiere decir en lugar de escribirlo, le da prioridad a la expresión sobre el contenido y lo hace de una manera graciosa, irónica y crítica… muchas veces irreverente y divertida.
Algunos poemas son tan sencillos como la palabra “lluvia” golpeando la imagen de un paraguas, o una fila de letras con un detalle de tranvía a la cual llamó “tren de letras”, así como otros más críticos como una suástica hecha con bastos y espadas de una baraja española, nombrada “España 75”.
Conforme se te acostumbra el ojo a esta sensacional forma de leer y hacer poemas, cada vez más rápido encuentras el sentido irónico y divertido de los mismos.
Brossa no sólo se limito ha dibujar/escribir poemas visuales sino que también los llevo al plano tridimensional y realizó muchos objetos-poema con el mismo concepto, un objeto que no sea sólo el objeto en sí, que te cuente una historia, que haga una critica, que sea una representación divertida de cualquier tema.
Una pelota de futbol con una peineta llamada “país”, en referencia a España, o unos naipes cruzados con un candado demostrando el juego te puede “encadenar”.
Siendo diseñadora gráfica Brossa me parece un genio, pero creo que todos tendríamos que crear nuestros propios poemas visuales.
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